lunes, 24 de octubre de 2011

EL MISMO MISTERIO

No eran más de las 10:00 de la noche, cuando una chiquilla iba paseando por la calle y derrepente empezó a llover. Enfrente de ella había una casa, aunque no tenía muy buena pinta y hubiera historias terroríficas sobre ella, no le hechaba cuenta a nada ni a nadie.
Entró y mientras observaba las paredes vió que los cuadros colgados eran muy parecidos a los suyos.
El papel de paresd no se salía de lo normal, aunque los cuadros no le encajaban en su mente.
Dentro de ese extraño lugar no se sentía segura y la noche se le hacía interminable. Decidió dormirse y pocos minutos después sintió una presencia en aquella lúgrube habitación, abrió los ojos y un ser ser extraño se acercó a ella con mucha delicadeza, movimientos finos y delicados, pero escalofriantes.
Al aclararse su figura se dió cuenta que era su hermano que desapreció hace un año, y se preguntaba como su propio hermano podría haber intentado hacerla desaparecer hacia otra dimensión o hacia un lugar eterno.
Salió como una flecha del cuarto con mucha ansiedad y observando los pasillos, los cuadros que llegaban hasta el final de la sala, doblaron la esquina de la pared y comenzó otra columna nueva y a demás empezando por su foto. La joven pensó que ya no era normal lo que ocurría y decidió salir, pero los pasillos se hacían interminables y no llegaba a el final.
Lo que ocurre es que cada persona que entra en la casa no puede salir, y mientras más ccuadros halla en las paredes es como si se alargara el tiempo de la casa hasta que entra otra persona y así sucesivamente.
Cada espíritu de cada persona tine el deber de quedarse con el alma de otra.